Huellas
Ars Poetica, 2018

Vivir es ver volver y, dos décadas después de haber iniciado mi andadura lírica, he vuelto hasta aquellos primeros versos que almendraban un futuro incierto. He vuelto hasta ellos, digo, y con ellos, me he reencontrado en aquel tiempo donde la poesía me concedió su certidumbre y sus fervores.
Más de veinte años, al cabo, en los cuales he ido creciendo en la dicha de ver cumplidos muchos deseos y en los que mis poemas han ido surgiendo de la mano de lo vivido.
Para esta compilación, he preferido mantener el rigor cronológico como mejor manera de ofrecer al lector un mapa de esa evolución propia de todo proceso creativo. En ocasiones, he sentido la tentación de corregir algunos de los textos pero, tal vez, hubiera traicionado lo que entonces quise decir y dije. De cualquier forma, celebro mirar atrás y juzgar de manera exigente lo escrito en el pasado.
Al filo de estos ocho poemarios, hay paisajes reales y familiares, espacios imaginarios y pretéritos, protagonistas cercanos y almados, silencios de ayer y anhelos de hoy, instantes de gozo y mareas de penumbra, estíos azules e inviernos de sombra…
Y, también, la incomparable felicidad de ver llegar al mundo a un hijo y a una hija, y el duelo incurable de perder a una madre. Yo creí que con tanta luz no se atrevería la muerte y, sin embargo, ahora tengo que dejarle aquí encendidos estos poemas -estas huellas suyas y mías- para que su memoria me siga alumbrando.
JORGE DE ARCO
Madrid, marzo de 2018
Huellas
EL TIEMPO EN TUS PUPILAS
Para Almendra
ME preguntas por esta vana entrega
que transparenta el alma y la desviste.
El día huele a ti y a lejanía
porque el sol nos traiciona
cuando sepulta el tiempo
en tus pupilas
y te me escapas, calle
abajo,
camino de otra claridad sonora.
Me preguntas por este amor a medias
tan embridado y a contracorriente,
por esta incertidumbre del podría
ser, del tibio pudiera tan futuro.
Mientras, la luz derrama entre tus párpados
un rumor de deseos y violetas
y yo, envuelto en tu más limpio destello,
me asomo a los perfiles de esta ausencia constante
y me pregunto,
cuando sueltas la tarde de mi mano,
cómo sería ver
el mar desde la playa de tus ojos.
...
AZOTEA
Arcos de la Frontera
En mi azotea
persiguen los vencejos
tus ojos verdes.