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Lenguaje de la culpa

Alcala-Colegio del Rey, 1998

Lenguaje de la culpa

Desde la sabiduría del escritor que comprende que gran parte de su trabajo consiste es que nazcan lilas de la tierra muerta, como Eliot quería, Jorge de Arco crea un sereno arcoiris de las palabras, allí donde se esconden todos los tesoros de la doble condición de creer a pies juntillas en ellos y en procurar, como recomendaba Kavafis, no llegar nunca, o por lo menos, demorar el viaje, hasta el puerto final. 

Lenguaje de la culpa
, distinto y distante de su libro anterior, pero en su línea, supone una confirmación de lo que aquella primera entrega prometía. Estamos ante un autor con recursos, con resortes, con asimilación de lecturas, con profunda originalidad.  Tiene “voz”, que es ese espejo difícil que solamente atraviesan las poetas elegidos

Juan Van-Halen


 
  





ANDÉN

S Bahn. Rahlstedt, Hamburgo


ENTONCES,

cuando da el corazón la realidad

exacta del recuerdo,

desciendo quedamente,

las escaleras,

compongo la figura,

y de puntillas alzo la mirada

a la esperanza. Cierro con un gesto

de impaciencia los labios, acomodo

de nuevo el horizonte, la costumbre,

y hago lugar común la necesaria

manera de ser cómplice de esta única ciudad.

Entre tanto, un sinfín

de prisas y de gentes, va dejando

atrás -ajenos a cuanto no guarde

en su ser la destreza de vivir-

un pedazo de invierno,

la rutina aprendida de una y otra jornada.

Y allí, deshilvanados los instantes

que me pertenecieron, 

escondo el rostro 

y permanezco aún, casi doblegado,

bajo las luces tenues que me ausencian.


Nadie queda ya en este triste andén

por donde cada día

me pasan tan de largo los abrazos.